Hace sólo unos días, a finales de la semana pasada, María Seguí anunciaba la nueva campaña especial que la Dirección General de Tráfico ha preparado para este verano en previsión de los 84 millones de desplazamientos que prevén tendrán lugar durante los meses estivales, un 3,5% más que en 2015.
Bajo el lema «cero fallecidos, cero lesionados y cero congestión», mediante este despliegue tan propio del verano como las barbacoas o las sombrillas y casi convertido en una tradición, la Guardia Civil prestará una intensa atención a la velocidad gracias a la incorporación de 60 radares ligeros que podrán portar los motoristas de la benemérita que han costado un millón de euros (casi 170.000 euros por radar).
Más desplazamientos, mayor siniestralidad, más vigilancia
Los Pegasus no podían faltar y también tendrán un papel fundamental, ya que se intensificará su presencia en las vías rápidas. Tres años después de su estreno sobre nuestras carreteras, cada uno de los ocho Pegasus en activo es capaz de detectar una infracción cada 12 minutos.
En 300 tramos de alta siniestralidad de vías convencionales se incrementará la señalización con la incorporación de paneles que informen sobre la velocidad a la que circulan los conductores y una vigilancia adicional para tratar de reducir la velocidad media de los conductores que circulen por esos puntos.
La cifra total estimada que la DGT ha invertido en la preparación de estas medidas es de 3,2 millones de euros y unas 10.000 personas involucradas entre Guardia Civil y personal de Tráfico, mientras que el número total de radares que velarán por nuestra seguridad en las carreteras es de 826. Los cinemómetros trabajarán con especial ahínco, además de todos los fines de semana, en cuatro campañas repartidas del 4 al 10 de julio, del 29 de julio al 1 de agosto, del 12 al