Un motor de combustión interna no tiene sentido alguno fuera de nuestro planeta, ¿verdad? Aunque usen combustibles diferentes, todos requieren de su mezcla con oxígeno, para producir la detonación controlada que terminará moviendo el cigüeñal, produciendo movimiento. En el espacio no hay oxígeno, sólo un gélido vacío. Contra todo pronóstico, Roush Fenway Racing – un equipo de la NASCAR – está desarrollando un seis cilindros en línea que servirá para alimentar de electricidad a vehículos espaciales. Hay muchas preguntas, y tenemos respuestas.
La función de este motor es generar electricidad para los sistemas de a bordo de los cohetes Delta y Atlas.
Este motor es parte del programa IVF (Integrated Vehicle Fluids) de la United Launch Alliance (ULA). Esta joint-venture entre Lockheed Martin y Boeing es un rival de SpaceX, cuyo objetivo es el transporte efectivo de carga al espacio, trabajando fundamentalmente para agencias gubernamentales y como subcontrata de la NASA. El programa IVF busca simplificar la propulsión de los cohetes necesarios para salir de la atmósfera terrestre, hasta ahora compuestos por diferentes fases de propulsión con combustibles líquidos y sólidos.
Simplificando enormemente los objetivos del programa IVF, lo que desean en la ULA es reducir el número de combustibles a dos: hidrógeno y oxígeno. Con estos dos combustibles y electricidad, quieren que un cohete pueda ir al espacio, y poner su carga en órbita, o incluso atracar en la Estación Espacial Internacional. Para que la aeronave pueda funcionar con hidrógeno y oxígeno como combustibles, hacen falta bombas, calefactores y mucha electrónica. Todos esos sistemas consumen multitud de electricidad.
Cubica 600 cc y desarrolla 26 CV funcionando con hidrógeno como combustible.
Y ahí es donde entra el motor que Roush Fenway Racing está desarrollando. Es un seis cilindros en línea de pequeñas dimensiones y sólamente 600 cc de cilindrada. No penséis en el