El más difícil todavía. Nos encantan los trasplantes de motor, tomar una base modesta y dotarla de un motor muy bruto, crear un sleeper, un lobo con piel de cordero. Pero ni el más bestia de los trasplantes, o swaps, como prefieras llamarlos, que recuerdes será comparable a este. Se trata de una creación casera, diseñada y construida por un canadiense en su propio garaje en Sherwood Park. Un “Ferrari Enzo” – nótese el entrecomillado – que equipa dos reactores de avión Rolls-Royce y que consume 400 litros de combustible en solo dos minutos pisando el acelerador a fondo, lo cual sería digno de premio Darwing, porque mucho antes de que agotase tal cantidad de combustible ya habría superado con creces los 650 km/h.
Este maravilloso Jet Car, con un reactor de misil de la Segunda Guerra Mundial, está a la venta
Su creador asegura que ha estado trabajando 12 años en el proyecto, que le ha costado unos 90.000 dólares canadienses, algo más de 62.000 euros.
Pero lo más impresionante no es eso, sino el hecho de que Ryan McQueen, el artífice de esta obra, comenzase a crearla hace más de una década sin tener ningún conocimiento de ingeniería, soldadura, o técnicas de trabajo con metal, fibra de vidrio, fibra de carbono, ni motores de avión.
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Según asegura el propio Ryan, en una entrevista a la CBC canadiense, todas las técnicas aplicadas en este coche las aprendió leyendo, buscando en Google y viendo vídeos en Youtube. Tal vez por eso el proyecto se haya dilatado tanto tiempo y a día de hoy reconozca que aún está comenzando a conseguir que su “coche” consiga ganar tracción al poner en marcha sus