La temporada 2016 estaba destinada a ser el año de Ferrari. Tras dos años de dominio absoluto de Mercedes se esperaba que el equipo de Maranello hubiese tenido suficiente tiempo para ponerse al día con sus V6 Turbo y que este año pudiese disputarle a Lewis Hamilton y Nico Rosberg el campeonato. Sin embargo, los resultados no llegan y los italianos comienzan a ponerse muy nerviosos.
La primera señal es la salida del equipo de James Allison, director técnico. Ya en el último Gran Premio de Hungría se rumoreaba que su salida era cuestión de tiempo y que Sergio Marchione podría poner patas arriba la cúpula del equipo si la situación no mejora pronto. Se llegó a comentar incluso que el puesto de Maurizio Arrivabene podría peligrar, aunque por el momento, no parece que vaya a ser así.
«El equipo quiere agradecer a James (Allison) el compromiso y el sacrificio que ha tenido durante durante sus años en el equipo y le deseamos éxito y felicidad en sus proyectos futuros». Maurizio Arrivabene, Scuderia Ferrari.
Allison tenía contrato hasta finales de 2017 y según se informa desde la Scuderia la disolución de dicho contrato ha sido de mutuo acuerdo. Más allá del bajo rendimiento del equipo, tras el Gran Premio inaugural de la temporada en Australia, el ingeniero perdía repentinamente a su mujer. Se rumorea que el británico podría haber decidido volver al Reino Unido para estar más cerca de su familia.
«Durante los años que he estado en Ferrari, en dos períodos diferentes y con diferentes funciones, llegué a conocer y apreciar el valor del equipo y de las mujeres y los hombres que forman parte de él. A ellos les extiendo mi agradecimiento por esta gran experiencia profesional y humana. Les deseo a todos un futuro feliz y