Lancia lanzó el Thema en el lejano año 1984. Fue un proyecto destinado a devolver la fama a Lancia, que había sufrido problemas de calidad en los 70 y principios de los 80, como muchos otros fabricantes italianos. La plataforma del Lancia Thema estaba completamente galvanizada, y estaba compartida con el Alfa Romeo 164, el Fiat Croma y el Saab 9000. La versión más interesante del Lancia Thema se apellidaba 8.32. Lo que muchos no sabían era que aquella rapidísima y discreta berlina tenía un motor Ferrari en sus entrañas.
Lancia Thema 8.32. 8 por el número de cilindros, 32 por el número de válvulas del motor.
Lancia quería una versión buque insignia para la marca, y la cercanía societaria con Ferrari les dio una idea interesante. ¿Y si montamos un motor de ocho cilindros en el Lancia Thema? Los ingenieros de la marca sabían que el motor debía mover el tren delantero, ya que montar un sistema de tracción total – o convertir el Thema a propulsión – sería demasiado caro, especialmente hablando de una versión de poco volumen. Sabían que no podían pasarse con la potencia, y jugaron con el límite que el tren delantero del Thema podía digerir.
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Usaron el motor V8 de 2,9 litros y 32 válvulas del Ferrari 308, pero en vez de usar el típico cigüeñal flat-plane del Ferrari, usaron un cigüeñal convencional. También tenía unas válvulas más pequeñas, y un orden diferente de encendido. El objetivo era hacer algo más civilizado el motor, más apto para una berlina; este compacto V8 desarrollaba 240 CV en los deportivo de Maranello. El resultado fueron 215 CV a 6.750 rpm, con un cuantioso – para la época y peso del coche – par motor máximo de 285 Nm a 4.500 rpm.
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