Cuando vemos un deportivo, con sus caprichosas formas, inmensos alerones, aletines varios, o incluso piezas que se mueven en marcha, es fácil perderse y no conceder la suficiente importancia a algunos componentes que, más allá de lo estético, tienen una función sumamente importante, el perfeccionamiento de la aerodinámica. El Mercedes-AMG GT R es una auténtica obra de arte, pero sobre todo una exquisita pieza de ingeniería. El más potente, rápido y radical de los Mercedes-AMG GT. Y su diseño, más allá de haber sido concebido para torcer cuellos, y posar ante las cámaras y los teléfonos móviles de propios y extraños, esconde toda una serie de elementos aerodinámicos propios de un deportivo de carreras, o incluso superiores, en tanto campeonatos como la Fórmula 1 se cuidan, y mucho, de limitar las mejoras aerodinámicas para evitar que los monoplazas literalmente vuelen. Y estas 5 razones, aerodinámicas, os harán querer aún más a la última obra de arte de Mercedes.
1. El Mercedes-AMG GT R y su alerón ajustable a las necesidades del conductor.
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Cada vez son más los fabricantes que están apostando por alerones móviles, capaces de elevarse, y descender, en función de la velocidad, para aumentar la velocidad del automóvil. Mercedes-Benz y AMG han recurrido a una solución más parecida a la empleada en competición, donde los elementos aerodinámicos móviles suelen estar sujetos a mayores restricciones, salvo componentes muy regulados, como el famoso DRS de la Fórmula 1, que permite reducir la carga aerodinámica en momentos muy concretos para mejorar la punta en recta, y facilitar los adelantamientos.
El inmenso alerón del Mercedes-AMG GT R, por lo tanto, no se mueve en marcha, pero sí que puede ajustarse en función de las necesidades del piloto y el circuito.