Koenigsegg puede producir algunos de los superdeportivos más rápidos e innovadores del mundo, pero no os llevéis a engaño. Es una empresa repleta de gente de enorme talento, pero es una pequeña empresa. Sólo 70 personas trabajan produciendo los que muchos podrían considerar los coches más innovadores y radicales del momento. La empresa ha celebrado recientemente un “día familiar”, en el que los empleados han podido traer a sus familias y sus vehículos personales a un picnic informal. Una ocasión ideal para descubrir qué conducen.
A tenor de lo visto, Koenigsegg parece un lugar ideal en el que trabajar. No hay más que ver los coches que conducen.
No hay reglas acerca del coche que deben conducir los empleados de Koenigsegg – aunque en otras empresas está mal visto conducir coches de la competencia. Los jefes entienden que aunque tengan un buen salario, no puedan permitirse uno de los coches que fabrican. Pero el elenco de vehículos que han publicado en su página de Facebook es una de las reuniones más eclécticas y apasionantes que se han visto juntas en mucho tiempo. Y demuestra el carácter y la pasión por el automóvil que profesan los trabajadores de la marca.
La cultura del automóvil americano es muy fuerte en Suecia – más que en cualquier otro sitio fuera de EE.UU. probablemente – por lo que no sorprende ver un Chevrolet Camaro SS y un Dodge Charger R/T, ambos clásicos incombustibles de los años 60 con lo que parecen preparaciones ligeras para drag racing. Quizá sorprenda algo más ver un barco de carretera como un Mercury Grand Marquis de finales de los años 80, comparable al Buick Roadmaster que pudimos probar en Diariomotor hace unos años.
La cultura del automóvil estadounidense es muy fuerte en Suecia, y en Koenigsegg queda patente.
Tampoco sorprende la presencia