¿Qué es mejor, el compresor o el turbo? Los dos sistemas son las dos formas de sobrealimentación por excelencia en el mundo del automóvil, aunque parece que últimamente es el turbo el que gana la partida al compresor. En su momento os hablamos un poco de las diferencias entre ambos sistemas, pero está claro que una imagen vale más que mil palabras. Entonces, una animación valdría más que diez mil palabras. Publicadas por una web australiana, eliminarán todas tus dudas acerca del funcionamiento de estos sistemas.
Haciendo click en este enlace podrás acceder a esta informativa web australiana.
Por supuesto, la diferencia básica entre ambos sistemas sigue siendo su forma de funcionamiento, cómo logran introducir más aire al interior de las cámaras de combustión. Los turbos giran gracias a los gases de escape – que serían desperdiciados igualmente – mientras que los compresores fuerzan aire al motor mediante un sistema de rodillos movidos por una correa conectada al cigüeñal. Todo se ve mucho mejor con animaciones, modelos 3D que puedes girar haciendo click sobre ellos, y haciendo scroll para aumentar el zoom. Intuitivo.
La web también nos habla de la forma de entregar la potencia de estos sistemas de sobrealimentación. Los compresores giran solidarios con el régimen del motor, siendo su entrega de potencia similar a la de un motor atmosférico, notándose el incremento de potencia y par especialmente a bajo régimen. El problema de los compresores es que no son demasiado eficientes, son caros de fabricar y además añaden un laste considerable el motor. Al mismo tiempo, son sencillos y fiables, una forma rápida de ganar potencia.
El turbocompresor requiere de una instalación de “fontanería” más compleja, la instalación de un intercambiador de calor – un intercooler – para enfriar los gases de admisión y otros elementos mecánicos. Sin