Ya estamos en pleno verano y, un año más, nos bombardean con ofertas veraniegas para cambiar de coche. La pregunta es ¿tiene sentido intentar aprovechar estas ofertas veraniegas o realmente no tienen tanto de especial? Tenemos multitud de guías de compra en ¿Qué coche me compro? para consultar los últimos modelos y precios por segmentos del mercado, pero para saber si vale la pena adelantar al verano el cambio de coche, podéis seguir leyendo.
Las bases de las ofertas veraniegas
Las ofertas veraniegas están basadas en dos principios fundamentales.
El principio fundamental es jugar con la idea de que vamos a estrenar el coche saliendo de vacaciones
El primero y más importante es jugar con la idea de que vamos a estrenar el coche saliendo de vacaciones con él. Es una propuesta tentadora, y esa ilusión del estreno mezclada con lo apetecible de unas vacaciones nos puede hacer precipitarnos en la decisión, atendiendo a una oferta puntual pero sin pensarlo mucho. Ojo con esto, porque un coche puede durar muchos años y es un artículo caro que habría que comprar al menos pensándolo un poco.
Por cierto, la idea de estrenar coche en un largo viaje de verano con toda la familia puede convertirse en tu peor pesadilla. Es fácil que haya alguna cosa que no sepamos manejar bien, puede que algo falle, que el coche desprenda algún olor a quemado o a recién estrenado que no sepamos distinguir… cuando no estás familiarizado con tu coche, los problemas también son nuevos.
El segundo principio fundamental es que el coche nuevo tendrá aquello que echamos de menos en el viejo. Hace unos años era aire acondicionado “de regalo” pero ahora raro es el coche que no incorpora climatizador, techo panorámico u otros atractivos para disfrutar en la época estival. La realidad es que cualquiera de estos elementos