El Audi Group S Prototype, por darle un nombre, nunca tuvo que existir. De hecho, ni siquiera lleva nombre oficial porque, valga la redundancia, oficialmente nunca existió. Por eso se le conoce como prototipo Audi de Grupo S.
Y es que este pequeño coche, que parece un cruce entre una máquina lista para Pikes Peak y un prototipo de las 24 horas de Le Mans, echó a rodar por primera vez en público hace unos días, tras estar escondido durante décadas en el museo de Audi.
El Audi de Grupo S era un coche que el equipo de Audi Sport necesitaba, sí o sí. Al Audi Quattro le estaba costando superar a los coches de motor central de la competencia, como los Peugeot 205 Turbo 16 o el Lancia 037. Y no es que el Sport Quattro de Grupo B (la evolución de chasis corto) fuese mala, sino que el reparto de peso frente a un coche de motor central le penalizaba.
Los ingenieros de Audi Sport, liderados por Roland Gumpert (el padre del Audi Quattro y del Gumpert Apollo) decidieron desarrollar un nuevo coche de motor central para el futuro Grupo S a pesar de la negativa de la dirección de Volkswagen-Audi. Gumpert y su equipo desobedecieron así al mismísimo Ferdinand Piëch.
En 1985, las pruebas y el desarrollo del coche se hicieron en secreto, en lo que entonces era Checoslovaquia. Gumpert tenía amigos en la región y al sur de Praga, cerca de Zlín, estaba el circuito de pruebas de Desna. Originalmente, había sido creado para Porsche, pero se lo cedieron a Audi ya que estaban dispuestos a pagar. Como estaban desarrollando el Audi Sport Quattro y el E2, consiguieron colar también al prototipo de Grupo S.
Cuando Ferdinand Piëch se enteró por la prensa austriaca del desarrollo del coche, ordenó la destrucción