El BMW M4 es uno de los coches favoritos de Motorpasión. Normal, me dirás. Ya lo hemos probado cuando salió junto a su hermano de 4 puertas M3, en versión descapotable y hasta en una exclusiva variante M Performance donde tuvimos claro que la M de M Performance es por su monstruosa potencia de 500 CV.
En esta ocasión probamos otra rara avis de la gama M4, el M4 con caja de cambios manual. Sí, sí, existe e incluso han vendido algunas unidades. No sabemos si la próxima generación podrá contar con esta posibilidad, pero de momento, veamos si tiene sentido proponer esta variante.
Con tantas pruebas, ya hemos hablado largo y tendido del actual M4 (y de su hermano M3), incluyendo su construcción más ligera, ayudas a la conducción y de su genial 6 cilindros en línea de 3.0 litros sobrealimentado, así que no me extenderé mucho sobre ello.
A diferencia de su predecesor, el M3 Coupé E92, el actual M4 con motor S55 está repleto de par motor en la zona baja. Entrega sus 550 Nm de par máximo desde tan sólo 1.850 vueltas. Y lo hace hasta las 5.500 rpm, régimen en el que eroga su máxima potencia de 431 CV. Aún así, el motor sube hasta las 7.300 vueltas manteniendo esa potencia máxima (se queda a 1.000 rpm del antiguo V8).
Y aunque en frío no suene de forma tan sugerente como su predecesor, una vez caliente su rugido se vuelve muy agradable y amenazante, aunque a bordo suene más atenuado que en el exterior. Aún así, suena gordo y de forma agradable, pero sin la musicalidad de un 6 en línea atmosférico. Esa sensación mejora a medida que subimos el ritmo: los escapes petardean, rugen y esconden por completo el soplido de los turbos.
Una vez más, son las