Este pasado fin de semana, tres perros encerrados en un coche aparcado al sol en Segur de Calafell (Tarragona) acabaron falleciendo a consecuencia de un golpe de calor. No se trata del primer suceso de este tipo. Un coche al sol es un horno, y nadie debería quedarse dentro encerrado, bajo ninguna circunstancia.
La temperatura interior de un coche aparcado al sol puede alcanzar fácilmente los 60 ºC. Comprobado y más que comprobado. Eso es demasiado para cualquier persona o animal. Ni siquiera dejar las ventanillas un poco abiertas puede mitigar los efectos de un calor de semejante intensidad.
En el caso registrado en Tarragona, la Ley de Protección de Animales permite que un acto como este se considere delito de maltrato animal. Por esa razón los dueños de los animales se enfrentan ahora al dictamen del juez. Ellos mismos encontraron muertos a dos de los perros ya en el vehículo, mientras que el tercero falleció mientras era atendido por un veterinario. Los vecinos, alertados por los gritos de los dueños de los animales, se encargaron de llamar a la Policía Local, que abrió diligencias en el Juzgado de El Vendrell.
A principios del mes de julio, la Guardia Civil rescató con vida a un pitbull encerrado al sol en Alicante
A principios del mes de julio, unos agentes de la Guardia Civil rescataron a un perro en Aspe (Alicante), rompiendo la ventanilla del coche donde se había quedado encerrado el animal. El vídeo de la actuación, que se viralizó rápidamente a través de las redes sociales, muestran la reacción del animal al verse salvado de morir asfixiado.
La propietaria del vehículo no pudo ser localizada, ni por teléfono ni a través de los avisos de megafonía que utilizaron los agentes por la zona. Con el coche a pleno sol, y observando que el animal