Un coche del Campeonato del Mundo de Resistencia, el Audi R18 e-tron quattro y un avión de combate, el Eurofighter Typhoon. Dos máquinas que marcan el mayor nivel tecnológico en sus dos terrenos. Dos artilugios capaces de ofrecer sensaciones únicas a sus pilotos. Audi ha juntado a André Lotterer y Geri Krähenbühl, el primero piloto oficial Audi en el WEC y en las 24 Horas de Le Mans y el segundo piloto de pruebas del Eurofighter Typhoon para que charlen sobre sus monturas.
Lo primero que les diferencia es la edad. En la competición automovilística de alto nivel, la juventud es una cualidad que parece indispensable. André Lotterer tiene 30 años, mientras que Geri Krähenbühl pilota su avión con 53 años. Las cabinas, los trajes y los cascos son cosas que sorprenden a uno y al otro, tal y como descubren al intercambiar sus monturas.
Lotterer se sienta en la cabina del avión y dice que le resulta muy extraña, principalmente porque el está acostumbrado a ir pegado al suelo y esta cabina cuando el avión está en tierra se encuentra a cinco metros sobre el suelo. También le llama la atención la disposición de los mandos por toda la cabina, muy diferente al coche de carreras donde se intenta concentrar el mayor número de mandos en el volante para que el piloto no tenga que desviar la mirada de la pista.
“Es impresionante verse rodeado por tal cantidad de instrumentos. Me siento completamente perdido. En verdad hay poquísimas similitudes entre un coche de competición, que se mueve en dos dimensiones, y una aeronave que lo hace en tres” cuenta Lotterer tras bajar del avión.
Cuando Krähenbühl se sube al cockpit del R18, dice sentirse agobiado como si estuviese en un tanque. “Me parece increíble lo pequeño que es el parabrisas