La lujosa marca Rolls-Royce es, por su condición de realizar los coches más lujosos y exclusivos del mundo, conocida y deseada en todos los rincones del planeta. Sus vehículos no son precisamente baratos y exportarlo a algunos países resulta realmente caro. Sin embargo, parece que esto no es un problema en Japón.
En el país del “Sol Naciente” Rolls-Royce está incrementando considerablemente sus ventas, situándose ya como el cuarto país donde mayores beneficios obtiene la marca lujosa, y eso que precisamente Japón es uno de los mercados más caros para importar un vehículo. Allí, la marca ya cuenta con cinco distribuidores oficiales, habiendo construido dos en el último año que ya están operativos y un tercero que se encuentra en proceso, este último en la ciudad de Hiroshima.
Torsten Müller-Ötvös, CEO de la marca, anunciaba recientemente la expansión de Rolls-Royce en el país asiático durante una visita en la que recorrió los cinco concesionarios oficiales. Por si no lo recuerdan, la bolsa china cayó hace unos meses de forma bastante brusca, lo que afectó notablemente a las ventas de la marca reduciendo sus índices alrededor de un 50 % en este otro país asiático. Suerte que las ventas en Japón han crecido considerablemente para mantener estables sus registros de ventas en el mercado asiático.
Por modelos, el que mejores resultados está obteniendo en el país del “Sol Naciente” es el Wraith, muy por encima de los resultados del Rolls-Royce Phantom. Se espera que, cuando llegue la actualización del Phantom, prevista para 2018, las ventas de la marca den un salto más en el mercado japonés que tan buenos resultados está dando a la marca en los últimos ejercicios.
Veremos si Rolls-Royce continúa con esta gran expansión en Japón durante muchos años; y es que el país asiático es una fuerte potencia internacional con un