Hace tiempo os hablamos en Diariomotor del BMW 333i, una especie de BMW M3 con genes Alpina y 197 CV que sólo se pudo disfrutar en Sudáfrica en los 80. También os contamos la historia del BMW 530 MLE con caja E12, otra exclusiva sudafricana que fue además el primer BMW de calle en llevar emblemas de BMW Motorsport. Hoy os venimos a hablar del BMW 745i sudafricano: un verdadero BMW M7, más potente que todos los demás BMW Serie 7 y completamente desconocido fuera del país del Apartheid, prácticamente, escondido al mundo.
La historia del BMW Serie 7 sudafricano
Para evitar los duros aranceles y las sanciones internacionales, BMW ensamblaba coches en Sudáfrica a partir de kits CKD y SKD.
¿Cuál es la relación de BMW con Sudáfrica? Una de las más intensas: en Sudáfrica – en la ciudad de Rosslyn – se encuentra la que fue la primera fábrica de BMW fuera de Alemania. Todo comenzó en los 70, cuando el importador local comenzó a ensamblar los BMW Serie 5 con el objetivo de evitar los duros aranceles impuestos a la importación de vehículos. BMW pronto adquirió sus instalaciones y comenzó a ensamblar coches a partir de kits SKD y CKD procedentes de Alemania para alimentar este interesante mercado.
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Era la época del Apartheid, y ni siquiera las sanciones internacionales impuestas a Sudáfrica podían evitar que los BMW fueran vendidos sin problema alguno en el país. Eran además, los coches preferidos de los cargos del gobierno y la élite blanca, que valoraba su construcción local y origen alemán. Como en Sudáfrica se conduce por la izquiera – una herencia británica – todos los BMW sudafricanos eran construidos con volante a la derecha. Esto causaba problemas en algunas versiones, especialmente en los carísimos BMW 745i.
El turbo