El caso de Takata no es tan conocido como el dieselgate de Volkswagen, sin embargo, preferiría haberme comprado un TDI con bastantes más emisiones de lo declarado a un vehículo con los fatales airbags de Takata. Estos últimos podrían costarte la vida, a ti o a tus acompañantes, en caso de un accidente relativamente leve.
Hace apenas unos días os comunicábamos que casi 82.000 vehículos de Toyota comercializados en España habían sido llamados a revisión por problemas en sus airbags. 82.000 unidades son muchas unidades, pero pueden parecer muy pocas si los comparamos con los millones de vehículos que Toyota ha producido y comercializado en el mundo durante aproximadamente 15 años montando los airbags de Takata, y si no tenemos en cuenta al resto de marcas que también los utilizaron.
De la última llamada a revisión a nivel mundial de 5,8 millones de coches, se estima que 1,47 hayan sido comercializados en Europa, 1,16 en Japón, 820.000 en China y el resto en mercados como América Central, América del Sur, África, Oriente Medio y Singapur. En este llamamiento están afectados los Toyota Corolla, Yaris, Vitz, Hilux y Etios, producidos entre mayo del 2000 y noviembre del 2001; y entre abril de 2006 y diciembre de 2014.
Otro apartado, dentro del mismo tema de los airbags de Takata defectuosos, es el hecho de que, tras las primeras llamadas a revisión y convenientes reparaciones, se utilizaron algunas piezas de repuesto que seguían sin ser efectivas. Esto significa nuevamente que, en caso de accidente el funcionamiento del airbag es incorrecto. Un fallo que, como ya hemos visto y repetido en numerosas ocasiones (la última hace solo unos días) puede causar la muerte incluso en un accidente leve.
Toyota ha informado y seguirá informando convenientemente a sus clientes que puedan estar afectados. De todos modos, sería recomendable que