Grupo BMW, Daimler AG, Ford Motor Company y Grupo Volkswagen han firmado un proyecto conjunto para crear una red de carga eléctrica ultrarrápida de alta potencia en las principales autopistas europeas. El acuerdo prevé construir casi 400 estaciones en Europa, utilizando el sistema de carga combinada (CCS), con potencias de hasta 350 kW para reducir los tiempos de recarga.
Es la primera vez que tantos y tan grandes grupos automovilísticos se ponen de acuerdo en algo tan importante para la proliferación de coches eléctricos como es la dotación de una red de recarga amplia y rápida.
Cuando los fabricantes de coches deciden costear las infraestructuras de recarga
En su momento, Tesla decidió invertir en sus propias infraestructuras de recarga.
La iniciativa de estos principales fabricantes recuerda a cómo Tesla decidió montar una red de abastecimiento propia para sus vehículos, aunque finalmente su modelo de recargas gratuitas haya sido objeto de matices. No obstante, el movimiento que ahora observamos resulta interesante.
La idea es disponer de hasta 350 kW de potencia, de manera que se puedan realizar recargas en un tiempo mucho más ajustado que ahora.
El caso de España frente a Noruega ofrece una idea sobre por qué puede fallar la electrificación cuando esta queda en manos de los gestores públicos. Es de prever que quienes tienen un mayor interés por la venta de eléctricos puedan ser, también, quienes tengan un mayor interés por promover que la utilización de esos coches sea cómoda para sus clientes.
El reto que tienen ante sí los fabricantes de coches no es menor. Ahora prevén desplegar, ya desde 2017, estas 400 instalaciones. De cara a 2020, el año que está tan marcado en el calendario que a veces conviene preguntarse si habrá vida más allá de él, la idea es contar con