Tras el escándalo del Dieselgate del Grupo Volkswagen las marcas comenzaron a echarse en cara que también hacían trampas similares a las que llevaba a cabo el consorcio alemán. Además, algunos países como Francia se han puesto a investigar qué es lo que está pasando con las emisiones de los motores que las marcas venden en su país. Entre estas investigaciones descubrió que Renault también podría haber hecho trampas a la hora de homologar las emisiones de sus mecánicas.
Esta noticia saltó a la palestra hace un par de semanas y desde entonces Renault está bajo sospecha en Francia por las emisiones de NOx de sus motores. Sin embargo la cosa podría ir más allá ya que la Direction générale de la concurrence, de la consommation et de la répression des fraudes (DGCCRF) ha indicado que sus ingenieros están escudriñando la tecnología que llevan los motores del fabricante para ver si en algún momento han empleado algún método para engañar a la hora de homologar el NOx de sus motores.
De ser cierto el engaño el Ministerio de Medio Ambiente francés ha adelantado que tanto el Grupo Volkswagen (por ahora sólo Volkswagen) y Renault verían paralizada la venta de los modelos que hayan servido para cometer el fraude. Esta situación podría perjudicar de forma grave al sector del automóvil a nivel europeo y a ambas marcas ya que muchas de sus ventas se sitúan en este país.
De todo esto lo que más llama la atención es que Francia, siendo uno de los mayores accionistas en Renault, está llevando una cruzada contra el fraude medioambiental en una de sus empresas más importantes. Sin embargo en Volkswagen tenemos la situación opuesta ya que el estado de Baja Sajonia en Alemania es uno de sus accionistas y no está muy por la labor de destapar los manejos