El Tesla Model X es un coche muy jugoso para los preparadores de coches. Su estilo tan característico con esas puertas de ala de gaviota en la trasera, hacen de él un coche con mucha personalidad. Tal vez por eso Vilner Studio se ha atrevido a meterle mano a un Model X P90D de un cliente que, todo hay que decirlo, ya tiene otros dos Tesla en propiedad.
Este cliente llamó a la puerta de Vilner no para que le hiciesen un Model X más personal o llamativo, sino para que lo hiciesen más silencioso. Sí sí, un SUV eléctrico y lo querían todavía más silencioso. Sea como fuere, en Vilner aceptaron el reto y este es el resultado.
Según cuentan, lo primero que hicieron fue desmontar el coche, y se quedaron sorprendidos por la calidad de los aislamientos que el modelo trae directamente desde fábrica. A pesar de ello, añadieron algunos materiales aislantes para tratar de minimizar el sonido el exterior en el habitáculo.
Evidentemente esos cambios no saltan a la vista, pero sí lo hacen los múltiples detalles en color azul turquesa (el color de la electricidad según ellos), en los cinturones de seguridad y la parte central de los respaldos de los asientos. Lo que véis en la parte posterior de los asientos, es una representación de un circuito de una placa electrónica. Sí, algo malo tenía que tener el trabajo realizado.
Al paquete de fibra de carbono que el coche traía desde fábrica, se han añadido otros elementos como el perfil delantero, las carcasas de los espejos retrovisores o el spoiler trasero con la característica T de Tesla en color azul turquesa. El detalle tal vez más llamativo lo encontramos en las pinzas de freno en este mismo color, lo cuál hace que destaquen entre los