Desde que el teléfono móvil llegó a nuestras vidas se ha adueñado de nuestro ser (me incluyo en el saco). Tan fuerte es su influencia sobre nosotros que una acción tan simple, y a la par peligrosa, como conducir se ha convertido en tarea de riesgo para las personas que transitan una carretera o calle si media un dispositivo móvil. Esta situación hizo que los sistemas manos libres por bluetooth llegaran a los salpicaderos de nuestros coches.
Sin embargo la evolución que han sufrido los teléfonos móviles han hecho que se conviertan en ordenadores y por tanto su embrujo sobre nosotros aún es mayor. Tanto que hoy día los accidentes de tráfico provocados por el uso de estos dispositivos superan a los que suceden fruto de un despiste o descuido. Sin embargo, contar con dispositivos manos libres por bluetooth parece que tampoco es tan seguro como inicialmente hemos creído.
Según un estudio publicado por la Universidad de Tecnología de Queensland (QUT), atender una conversación telefónica por nuestro dispositivo bluetooth manos libres es tan peligroso como cuando hablamos por el teléfono sin que medie el altavoz. Esta conclusión nos parece muy acertada ya que aunque no estemos usando las manos para sujetar el móvil si estamos empleando buena parte de nuestra capacidad de concentración haciendo que nuestra atención se desvíe de la carretera hacia la conversación.
Los investigadores de esta universidad han constatado que mientras mantenemos una conversación telefónica a través de un dispositivo manos libres necesitaríamos unos 11 metros extra para detener nuestro vehículo por completo desde una velocidad de 40 kilómetros hora. Esta distancia, como es lógico, se incrementará exponencialmente a medida que la velocidad del coche sea mayor.
Ahora, muchos podrán pensar ¿y entonces qué hacemos si recibimos una llamada mientras vamos conduciendo? pues la respuesta es muy sencilla. En nuestra maravillosa red