Diciembre es un mes en el que suelen ser habituales las reuniones para comer o cenar con los compañeros de trabajo, compañeros de clase, amigos o con la propia familia. Una cosa puede llevar a la otra y es posible que terminemos tomando alguna copa, o varias. No es ningún problema ni tampoco estamos haciendo nada malo; de hecho, estas “reuniones” ayudan a despejarse y a dejar de lado por un rato la rutina. El problema viene si después nos tenemos que poner al volante.
La DGT ha llevado a cabo una campaña especial para evitar que los conductores que se tomen el lujo de consumir alcohol y/o drogas, en caso de que lo hayan hecho, sancionarles, retenerles y así evitar un posible accidente. Entre los días 12 y 18 de diciembre, la Dirección General de Tráfico ha llevado a cabo 129.309 pruebas, habiendo sancionado a nada menos que 1.912 conductores.
De todas estas pruebas, 1.417 fueron test de drogas que se realizaban a aquellos conductores que parecían tener síntomas de haber consumido alguna sustancia ilegal y poco amiga de la conducción; habiendo resultado positivas 518 de ellas. La droga más habitual, como es habitual, ha sido el cannabis con 387 positivos, seguido de la cocaína con 187 y las anfetaminas con 46 positivos.
127.892 test fueron de alcoholemia, que se realizan en controles preventivos o después de haber sido detectada alguna infracción o accidente. En total, hubo casi 1.400 conductores que superaron la tasa máxima de alcohol permitido.
En general y tras ver estos datos, podemos decir que más del 1 % de los conductores sometidos a algún tipo de prueba han dado positivo en drogas o alcohol. Nadie está a salvo de sufrir un accidente en la carretera, pero si alteramos nuestras capacidades físicas y psíquicas mediante el alcohol o las drogas