No sabemos qué está pasando en Australia con su sector del automóvil. Hasta hace pocos años las marcas de coches veían rentable llegar hasta Oceanía, sin embargo parece que su rentabilidad no es tan buena como se creía. Marcas tan importantes como Ford, Toyota o General Motors han decidido cerrar sus fábricas para importar a partir de ahora sus modelos. Esta situación ha hecho que el mercado local comience a perder a sus modelos y marcas más emblemáticas.
Como ejemplo tenemos el futuro Holden Commodore que será nuestro Opel Insignia Grand Sport. Sin embargo, los australianos parece que tienen un rayo de esperanza en cuanto a marcas y modelos emblemáticos se refiere. El Grupo Fiat Chrysler Automóbiles (FCA) está presente de forma muy discreta en la gran isla y, aunque su presencia también corre peligro, parece que aguantarán más de lo inicialmente pensado.
Como todos sabemos el Chrysler 300 (nuestro extinto Lancia Thema) aún se vende en Australia en configuración de propulsión trasera (no se especifica si tienen versión a las cuatro ruedas) y bloques gasolina V6 y V8. Pues parece que la policía de la isla estaría interesada en adquirir un lote importante unidades de este gran sedan para que patrulle sus carreteras contra el crimen. Con esta adquisición este cuerpo armado pasaría a retirar a sus antiguos Ford Falcon y Holden Commodore.
Según Steve Zanlunghi, jefe de FCA en Australia, el grupo tiene que revisar todas sus operaciones y negocios ya que no todos son igualmente rentables. Además, puntualiza que Chrysler finalmente se quedará hasta que acabe el año 2018, cuando su salida del país estaba prevista para finales de 2017. Con esta decisión la marca toma un poco de oxigeno en este mercado, a fin de que el 300 le de un empuje a sus ventas.
Mientras se esclarece la continuidad de la firma