Ya sabíamos que la llegada de Donald Trump al poder iba a dejarnos más de un titular y polémica en el sector del automóvil, y hoy ya te tenemos el primer movimiento con el Ford GT de protagonista. El actual deportivo de Ford está siendo fabricado en Ontario, Canadá, algo que Trump pretende cambiar obligando a Ford a paralizar las ventas del Ford GT hasta que su fabricación sea trasladada a EE.UU.
¿Qué implicaciones tendrá para la industria automovilística la sorprendente elección de Donald Trump?
Podríamos entonar aquello de que quien avisa no es traidor. Donald Trump ya avisó en más de una ocasión a las grandes firmas estadounidenses que si llegaba a la presidencia forzaría a recuperar la fabricación en suelo norteamericano en pos de mejorar la economía y competitividad del país. Aunque Apple fue el comodín más usado por Trump para ejemplificar esta idea durante la campaña presidencial, lo cierto es que los fabricantes automovilísticos no tardaron demasiado en echarse a temblar.
Hemos podido saber que se han sucedido varias reuniones entre fabricantes de coches, Ford incluida, y el gabinete del nuevo presidente Trump para abordar este tema sobre la deslocalización de la producción, sin embargo ante la falta de acuerdo el primer movimiento ha sido anunciar el bloqueo de las ventas del Ford GT en EE.UU. Por el momento Ford no ha emitido ningún comunicado aclarando la situación en la que queda la producción, los contratos y entregas firmados con los clientes y el futuro de la producción del modelo que hasta ahora estaba siendo desarrollada en Canadá por Multimatic.
El anuncio del bloqueo de las ventas del Ford GT ha sentado como un jarro de agua fría en la industria, un verdadero traspiés que ha teñido de negro la cotización en bolsa de los fabricantes automovilísticos, pues pese a que