A estas alturas todos sabemos que Donald Trump será el próximo inquilino de la Casa Blanca. El político americano a lo largo de su carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos ha dicho de todo, pero una de las empresas patrias con quien más se ha metido es Ford Motor Company. El fabricante de coches americano ha sido duramente criticado por el magnate por los negocios que tiene en México, país que no es del gusto de Trump.
Entre Estados Unidos y México existe un Tratado de Libre Comercio que permite a empresas de un lado y otro realizar transacciones comerciales en condiciones muy ventajosas. El sector del automóvil estadounidense es uno de los que más se está beneficiando de este acuerdo ya que muchas marcas tienen centros productivos en el país azteca y gracias a ello puede fabricar sus coches con costes más bajos.
Que estos costes sean más bajos permite a los fabricantes tener una mayor rentabilidad por cada unidad vendida a la par que adaptarse mejor a las demandas del mercado ya que las fluctuaciones entre las divisas son más fáciles de compensar con la fabricación en México. Sin embargo Donald Trump sigue en sus trece y parece que hacerle cambiar de opinión va a ser más complicado.
Por ello Ford Motor Company va a establecer una vía de dialogo con el ejecutivo del nuevo presidiente de Estados Unidos. Según Mark Fields, director general de la empresa, ha confirmado que están dispuestos a trabajar con el gobierno de Trump para mantener el mayor número posible de puestos de trabajo en los Estados Unidos siempre que se comprometa a llevar a cabo politicas adecuadas para todas las partes.
Para terminar, y aunque se abran las lineas de comunicación, Ford no va a cancelar los planes que tiene en México. Entre estos planes