El día de ayer, 18 de diciembre, estaba marcado desde hacía mucho tiempo en rojo en el calendario de la Federación Española de Automovilismo (RFEDA). Como cada año de Juegos Olímpicos los 70 asambleístas tienen que reelegir presidente.
A las elecciones de este año se presentaban Carlos Gracia, que buscaba la reelección tras 32 años en el cargo, y Manuel Aviñó, presidente de la Federación Valenciana y aires nuevos para la federación. La campaña había sido intensa y por 45 votos a favor frente a 21 en contra, los votantes mostraban, finalmente, su apoyo al cambio.
El 18 de noviembre de 1984 Carlos Gracia era elegido como presidente de la entonces FEA. 32 años hace ya de aquel momento, muchos años en los que además de estar al frente de la Federación Española, formó parte de la Federación Internacional como hombre de confianza de Bernie Ecclestone. Muchos años de trabajo pero también de escándalos que le hicieron ser titular de más de una noticia.
Manuel Aviñó comenzó su relación con el mundo del motor en el karting. Con el tiempo dio el salto a turismos en circuitos y posteriormente a los rallyes tomando parte en varias competiciones regionales. Además de piloto, con el tiempo, se labró una carrera como empresario hasta que el año 2010, a pesar de su juventud, asumió la presidencia de la Federación Valenciana de Automovilismo.
La campaña con la que Aviñó se presentaba a estas elecciones apostaba por un cambio en la Federación que quedaba latente en su lema: «Porque otra Federación es posible». Nuevos aires para cerrar una etapa con alguna que otra sombra que el nuevo presidente quiere esclarecer con una auditoría nada más tomar cargo.
De hecho, días previos a las elecciones desde su equipo de campaña se llegó a plantear la posibilidad