Los peores presagios se cumplen. Después de más de diez años en los que la siniestralidad – entendida en función del número de fallecidos en accidentes de tráfico en carretera – era cada vez menor, 2016 romperá la tendencia y los fallecidos aumentarán con respecto al año anterior. Sin ir más lejos, la semana pasada ya se habían superado los 1.126 fallecidos en vías interurbanas registrados en 2015. Ante una situación como esta, la Dirección General de Tráfico plantea medidas de choque. Y la primera de ellas podría ser revisar el carné por puntos, con una nueva estrategia que mejore la metodología que se diseñó hace ahora diez años.
La implantación de un nuevo carné por puntos sería una medida de choque, a tenor de que la siniestralidad en carretera también se reduce en función de otros factores que han de planificarse a largo plazo, como el estado de las infraestructuras o la cultura de la seguridad vial.
Partiendo de la base de que la siniestralidad en carretera no solo se combate con la vigilancia a los conductores y con medidas de choque, sino también apostando por la mejora de la cultura de la seguridad vial y el cuidado y mantenimiento de las infraestructuras, la revisión del carné por puntos parece una de las soluciones más socorridas. Gregorio Serrano, nuevo director de la DGT tras la marcha de María Seguí, plantea analizar los aspectos que mejor han funcionado del carné por puntos de 2006, y los que son mejorables, para analizar qué se puede cambiar para conseguir que el carné por puntos sea efectivo a la hora de reducir el número de fallecidos en nuestras carreteras.
2017 no solo sería el año en que se espera implantar un nuevo carné por puntos. También se está estudiando diseñar un plan más profundo que revise