El Subaru XV es un SUV de 4,45 metros de longitud equipado de serie en todas sus versiones con tracción integral permanente simétrica y con una altura libre al suelo de 22 centímetros, la mayor de su segmento. Estos dos elementos, junto a su motor tipo Bóxer que le permite disfrutar de un centro de gravedad muy bajo, le convierten en un modelo muy especial y recomendable si sobre todo te mueves fuera del asfalto.
Desde que saliera a la venta en 2012, es un modelo que ha sabido renovarse para mantener sus buenas maneras. En 2015 incorporó una serie de mejoras que afectaron a su gama de motores, al diseño de su interior y al chasis -se aumentó la calidad de rodadura gracias a la introducción de mejoras en la
amortiguación y en la dirección-.
Por fuera, sigue siendo un modelo muy atractivo y con mucha personalidad que, bajo nuestro punto de vista, le permite diferenciarse de su nutrida competencia. Su diseño deportivo le permite ser un coche muy atractivo y apetecible de ver.
El Subaru XV transmite mucha calidad, no sólo por lo bien ensambladas que están todas las piezas de la carrocería y por el suave y refinado tacto suave de todas las puertas, sino también por lo bien que está realizado el interior. Sin ofrecer materiales lujosos, todos resultan muy agradables al tacto y a la
vista. Además, destaca por encima de todo el ajuste de todas las piezas y paneles; no se aprecian tolerancias reseñables, el ajuste resulta perfecto y tampoco hay crujidos cuando se presiona con los dedos.
Amplio, práctico y confortable
Los asientos nos han resultado confortables en todas las plazas y pueden estar tapizados en tela y piel. Cualquiera de las dos opciones resulta recomendable. Nos gustó, especialmente, la amplia regulación del volante en profundidad -también se puede regular