A escasos cuatro días de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca, por su boca sigue soltando perlas informativas. El nuevo presidente de los Estados Unidos sigue su cruzada contra los fabricantes de coches que tienen fábricas e intereses en países latino americanos como México. El nuevo increpado es el fabricante de coches premium alemán BMW y el motivo del agravio es porque está construyendo una nueva planta ensambladora en la localidad de San Luis Potosí (México).
BMW ha decidido que la próxima generación de su Serie 3 sea fabricada con carácter exclusivo en este país. La idea que tiene la marca es que de las instalaciones de San Luis Potosí se envíen a todos los mercados del mundo este coche. Sin embargo Donald Trump ha comentado que para la marca sería mucho mejor y más rentable construir su fábrica en los Estados Unidos, pues sus vehículos podrían verse gravados con un impuesto al ser fabricados en México.
Automotive News y Reuters se han hecho eco de estas declaraciones, producidas hace escasos días. En ellas el magnate de los negocios advirtió que los coches de BMW podrían ver su precio incrementado un 35 por ciento en los Estados Unidos. Todo ello vendría motivado por los supuestos impuestos que tendrían que pagar para pasar la frontera. Estas palabras son las mismas que ya ha proferido sobre varios fabricantes y a excepción de Ford ninguno ha variado sus planes en el país azteca.
Como defensa, Peter Schwarzenbauer, uno de los ejecutivos de BMW en Estados Unidos ha confirmado que la marca no va a cambiar sus planes por estas declaraciones. Según el fabricante, actualmente da trabajo a 70.000 empleados en los Estados Unidos y que sus planes con el país tampoco se verán afectados por la fabricación de esta planta en México. Schwarzenbauer, también ha comentado