Tan pronto como los automóviles dejaron de ser máquinas a vapor desprovistas de carrocería, nos percataríamos de la necesidad de contar con sistemas que permitieran mantener la visibilidad en el habitáculo, limpiar la suciedad y las gotas de lluvia, acabar con la condensación, o eliminar el hielo. En 1903 comenzarían a verse los primeros limpiaparabrisas, atribuidos a la patente de Mary Anderson. Para ver lunas calefactadas aún habría que esperar unas décadas. Y para entender cómo ha avanzado la sofisticación de estos sistemas indispensables, pero a menudo olvidados, no hay más que contemplar la solución que emplea Volkswagen en productos como el Volkswagen Golf, el Volkswagen Golf Sportsvan, el Volkswagen Tiguan, el Volkswagen Sharan y el Volkswagen Passat. ¿Cómo ha recubierto de plata sus parabrisas para evitar el hielo?
La conductividad de la capa de plata permite calefactar la luneta delantera y así eliminar de forma rápida, homogénea, y sencilla, el hielo acumulado en nuestro parabrisas
La solución más socorrida para vencer al hielo pasaba por instalar una serie de filamentos, de cables muy finos, en la propia luneta. De manera que la resistencia provocada por la electricidad, y el calor liberado, eliminasen con facilidad el hielo. Pero entenderéis que conducir con una luna delantera surcada de líneas horizontales no es nada cómodo, ni elegante. Desde los años ochenta se han empleado soluciones inteligentes para solucionar el problema. Volkswagen no es la única que comercializa lunetas con microfilamentos, ni tampoco con capas de zinc o plata. Ford comenzó a comercializar una tecnología muy parecida – Quickclear – en 1985, en el Ford Scorpio, y aún la mantiene en sus productos. Land Rover también hizo lo propio a comienzos de los noventa.
Para remplazar esos cables, Volkswagen también ha optado por instalar una luneta delantera que contase con una fina capa interna de plata.