Josh Clymer ha conducido muchísimos kilómetros con su Acura TSX del año 2005. El Acura TSX de la época era esencialmente el mismo coche que el Honda Accord que se vendía en Europa, disponible con un motor 2.4 i-VTEC de 204 CV como propulsor tope de gama. Es con este mismo propulsor con el que el señor Clymer ha recorrido la friolera de 813.117 kilómetros. Tras semejante “kilometrada”, ha decidido comprobar cuanta potencia conserva su motor. ¿Cuantos caballos ha perdido tras dar 20 vueltas al planeta por su ecuador?
El coche ha llegado a soportar un accidente grave y los duros inviernos del centro de los Estados Unidos.
Josh Clymer lo llevó a un banco de potencia, pero antes de medir la potencia del cuatro cilindros, testó la compresión de sus cilindros. Dos de los cuatro cilindros tenían una compresión de 175 psi, y los otros dos cilindros de 180 psi. La marca recomienda en su manual de taller estadounidense compresiones comprendidas entre los 210 psi y 170 psi, con una variación máxima de 29 psi entre cilindros. En resumen, que el motor estaba bien de compresión, con sus segmentos y tren de válvulas en buena forma física.
Tras esta comprobación, hizo varias lanzadas en el banco de potencia. La cifra de potencia máxima son 159,64 CV a unas 6.600 rpm, con un par máximo de 170,3 Nm. Hay que tener en cuenta que estas cifras están medidas a las ruedas, no al cigüeñal, forma habitual de expresar la potencia de un motor. El rozamiento de los neumáticos, la fricción de la transmisión y otros componentes mecánicos provocan que las cifras medidas en las ruedas sean en torno a un 15% inferiores a las medidas en el cigüeñal.
En tal caso, estaríamos hablando de en torno a 185 CV en el