Parece que han pasado miles de años desde que pasara y que el Dieselgate del Grupo Volkswagen lo ha sepultado en nuestra memoria pero el escándalo de los bombines defectuosos de General Motors sigue ahí. En 2014 se destapó este curioso caso en el que pudimos saber que el grupo americano era conocedor de que los bombines de arranque de muchos de sus coches eran defectuosos y además que se habían provocado varias muertes por ello.
Haciendo memoria podemos recordar que los bombines podían saltar a la posición ACC por un gesto mal dado con la pierna en la llave, por un bache o incluso por culpa del peso del llavero. Si esto se producía el coche se paraba en seco y se cortaba la corriente en el circuito del vehículo haciendo que se quedara sin sistemas de seguridad o airbags. Por este fallo, General Motors reconoció que habían fallecido 13 personas pero nunca su culpabilidad, siendo acusada de destruir pruebas y obstaculizar a la justicia incluso cuando el caso ya era de dominio público.
Pues bien, ahora que el tiempo ha pasado, ya se ha reconocido la culpabilidad del fabricante (sólo en términos económicos, no en términos industriales o de ingeniería) y las multas impuestas están siendo satisfechas parece que todo quedará archivado. Esta es la conclusión a la que han llegado los directivos de General Motors y que han hecho público tras haber finalizado la investigación interna que había en la compañía.
En ella en ningún momento se ha apuntado de forma directa a ningún trabajador de la firma. Sin embargo ha quedado patente que dentro del grupo la situación era conocida y que por una irrisoria cantidad de dinero (unos 57 centavos de dólar) se podría haber solucionado todo en las cadenas de montaje. Si esto hubiera sido así se