Desde que el escándalo de las emisiones del Grupo Volkswagen estallara el ambiente en los órganos de gobierno de medio mundo se están revolviendo. En Estados Unidos han sido los más activos pues han conseguido sentar a la marca en el banquillo de los acusados para que respondan por el fraude cometido. Sin embargo, donde ha sobrado mano dura en el otro lado del Océano Atlántico en la vieja Europa han pasado de puntillas.
Además de en la mano dura, en Europa los clientes afectados no verán un duro y los de Estados Unidos sacarán algo en claro por haber sido los conejillos de indias de la firma. No obstante las cosas podrían cambiar puesto que la Comisión Europea ha emitido un informe para todos los países miembros en el que se les aconseja que deben estar más vigilantes cuando se realicen pruebas de homolograciones de motores, consumos y emisiones.
Dentro de este informe la Comisión Europea ha aprovechado para crear una guía (o código de comportamiento) que puedan utilizar los diferentes estados miembros para evitar que las marcas se comporten de forma incorrecta. En esta guía sólo se incluyen algunas limitaciones o recomendaciones que deberían cumplir los países para que las marcas no se aprovechen y puedan insertar elementos que puedan distorsionar las pruebas de homologación de los coches.
Con estas directrices la Comisión Europea quiere que los países cumplan con las normativas anti contaminantes. En caso de que esto no sea así se pueda multar a las que no la cumplan o piensen en saltársela. Sin embargo, el ente europeo ya ha tenido respuesta negativa de varios países de la zona común entre los que están Alemania, Gran Bretaña, Grecia, Lituania, Luxemburgo, República Checa y España.
Algunos de los parámetros que se quieren regular son la forma en que identificar la unidad que será probada. También se deberán registrar las diferentes modalidades en que se de pueden homologar los vehículos tanto en laboratorio como en