Si algo nos convenció del Mitsubishi Space Star hace ahora tres años, cuando lo probamos por primera vez, fue su propuesta sensata, económica y, sobre todo, práctica. Mitsubishi supo encajar a este producto en un espacio en tierra de nadie, con un tamaño más cercano a lo que consideraríamos un segmento A (piensa en Kia Picanto y Fiat Panda), amplitud más próxima a un segmento B (Seat Ibiza u Opel Corsa), un precio entre ambos mundos, a tenor de lo que ofrece, y sobre todo contar con todo el equipamiento imprescindible. Con el Mitsubishi Space Star ya renovado, tras un oportuno lavado de cara que va más allá de lo estético, de nuevo nos hemos puesto a los mandos de este utilitario para ofreceros esta prueba del nuevo Mitsubishi Space Star y nuestras impresiones de esta renovación, como complemento de la prueba anterior del Space Star de 2015. ¿Y qué novedades ha traído consigo?
El Mitsubishi Space Star se va a Los Angeles a hacerse un lifting
A nivel estético el Mitsubishi Space Star ha experimentado cambios importantes. Su silueta sigue siendo la misma, en tanto tan solo se trata de una actualización en el ecuador de su ciclo comercial, pero los detalles más característicos de su diseño, empezando por su frontal, sí se han visto afectados. El diseño minimalista que presentaba hasta ahora, con un frontal en el que apenas nos encontrábamos una pequeña parrilla en el área inferior del parachoques, ha sido sustituido por un diseño más propio de Mitsubishi, con una gran parrilla en forma de trapecio más estilizado, y unos cromados en el parachoques que dibujan el espacio que ahora ocupa la iluminación antiniebla.
La sencillez del Mitsubishi Space Star se extiende, incluso, a la gama de acabados y tonos de carrocería. En España está disponible con cuatro tonos