El Toyota RAV4 Hybrid es, prácticamente, la única opción de su segmento con un sistema de propulsión híbrido. El único modelo equiparable podría ser el nuevo Kía Niro, pero este último tiene un precio más ajustado, es menos potente y su sistema híbrido funciona peor que el del Toyota. Este modelo se puede adquirir desde 30.800 euros (ver todos los precios).
A finales de 2015, el RAV4 recibió una serie de mejoras estéticas que todavía siguen presentes. Los cambios afectaron, fundamentalmente, a la parte frontal y la trasera. Básicamente, se modificaron los paragolpes y los grupos ópticos.
Excelente calidad de acabado
En el interior los materiales siguen siendo demasiados sencillos, aunque las sensaciones que transmiten son muy buenas; todos los plásticos que recubren el habitáculo resultan agradables a la vista y al tacto. Además, los acabados y el ajuste de todos los materiales están muy cuidados. Para mejorar la sensación de calidad, la parte intermedia del salpicadero está rematada con un recubrimiento de cuero acolchado y otro de Alcántara.
También se ha mejorado la funcionalidad y flexibilidad del almacenamiento interior, con la incorporación de una segunda bandeja interior en el portaobjetos de la consola central, un portavasos delantero adaptado a tasas con asa, la colocación en la bandeja de la consola central de una alfombrilla antideslizamiento y la adición de un compartimiento de almacenamiento en la consola superior. Se ofrece una más amplia selección de colores interiores, incluidas cuatro opciones de tapicería de cuero de alta gama, dos de las cuales —beige y camel— son nuevas.
Los asientos aprueban con nota. Todos ellos tienen un acabado y una sensación de calidad que es difícil de ver en otros vehículos equivalentes. El mullido nos ha parecido muy consistente a la vez que confortable. Los delanteros son muy envolventes y sujetan perfectamente todas las zonas del cuerpo.