Estados Unidos ya tiene un nuevo presidente y parece que no está tardando mucho en cumplir sus promesas electorales. Donald Trump ya ha tumbado el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y sus siguientes pasos van dirigidos a blindar la economía del país. Dentro de sus planes está incrementar la carga impositiva para los coches fabricados fuera de los Estados Unidos y esta decisión está provocando que las marcas de coches estén anunciando masivas inversiones en las fábricas que tienen en el país.
Toyota Motors Corporation es una de las que se suma a Ford, FCA o General Motors para inyectar capital en una de sus fábricas americanas. Según ha comunicado la firma japonesa la planta que tienen en Princeton (Indiana) recibirá unos 600 millones de dólares para mejorar sus líneas productivas e incrementar así su capacidad productiva. En esta planta se fabrica el inmenso Toyota Highlander y ahora que los grandes SUV están volviendo a llamar la atención de los consumidores de Estados Unidos quieren aumentar su fabricación para cubrir la demanda.
Mediante la emisión de un comunicado de prensa la firma ha informado que esta inversión irá destinada a cubrir dos aspectos básicos. Por una parte, la mejora de la fábrica para modernizar las líneas productivas e incrementar así la capacidad productiva del modelo hasta las 40.000 unidades fabricadas al año. En un segundo lugar está la de crear hasta 400 nuevos puestos de trabajo para asumir la fabricación adicional del modelo puesto que el Highlander está incrementando sus ventas de forma notable.
Esta inversión se encuentra dentro del montante global de 10.000 millones de dólares en inversiones que Toyota anunció, en el pasado Auto Show de Detroit, para mejorar todas sus fábricas y plantas a lo largo y ancho del mundo. El inicio de las obras para mejorar la fábrica está previstas para