¿Recordáis toda la polémica que rodeó a Tesla con el accidente mortal de un Model S que funcionaba en modo Autopilot? Muchos medios lo llamaron coche autónomo, cuando el Autopilot es más bien un asistente de conducción incapaz por el momento de sustituir a un conductor, y que exige en todo momento supervisión humana. Sería incapaz de contar la cantidad de voces que clamaron en contra de este “piloto automático”. Voces que han sido de golpe calladas por la NHTSA: han concluido que tras la introducción de Autopilot en los Tesla Model S y Model X, sus accidentes se han reducido en un impresionante 40%. No, no es casualidad.
El Autopilot no convierte a los Tesla en coches autónomos, y siguen requiriendo la constante supervisión humana.
¿Qué pasó entonces en aquél mediático accidente, acaecido en julio del año pasado? La investigación de este accidente mortal ha sido llevada a cabo por la NHTSA estadounidense (el equivalente a nuestra DGT) y han concluido la ausencia de defectos en los Tesla Model S o malfunciones generalizadas en Autopilot. La NHTSA concluye que el conductor simplemente no reaccionó ante la entrada de un camión en la vía, y el sistema de frenada automática fue incapaz de detectarlo en dicha situación. El conductor ni siquiera llegó a girar el volante o accionar los frenos, y ocurrió lo peor que podía haber pasado.
Un fallo puntual en el sistema de frenada automática del coche – que no excusamos, ni mucho menos – a punto estuvo de dar al traste con la mejora en seguridad vial que trae consigo el Autopilot. La NHTSA ha analizado los datos ofrecidos por Tesla de todos los Model S y Model X equipados con la tecnología Autopilot, con asistente de dirección Autosteer. En una serie temporal de tres años, han estudiado el