Día sí, día también, nos sentimos abrumados por la cantidad de información que recibimos apuntando a un futuro en que los coches circularán solos, en que la mayoría de los vehículos en los que nos moveremos serán meros electrodomésticos, para llevarnos de un punto X a un punto Y. Restricciones por problemas con la contaminación, eficiencia, emisiones, problemas que al final nos llevan a un único punto. Al punto en que los deportivos más pasionales desaparecerán o quedarán restringidos a una porción marginal – muy marginal – del mercado. Y curiosamente nos encontramos con un Salón de Ginebra en el que las prestaciones, los deportivos, y los modelos más pasionales, han tenido un protagonismo que incluso nos atreveríamos a decir ha sido superior al de otros años. Y por si no fuera poco también nos hemos encontrado con buenos ejemplos que nos recuerdan que aún hay esperanza para los deportivos con cambio manual.
Hasta fabricantes como Porsche han apostado finalmente por el cambio manual en un deportivo, el 911 GT3, que inicialmente había sido concebido para emplear únicamente un PDK
El mejor ejemplo de todos lo tenemos en Porsche. Hicieron una apuesta muy atrevida. Con el lanzamiento del Porsche 911 GT3 se lo jugaron todo a una carta, la del cambio PDK. Un cambio excelente, tal vez el mejor del mercado. Un cambio rápido y muy deportivo. Pero estaréis conmigo en que la falta de un cambio manual, por mucho que un porcentaje altísimo de sus clientes fueran a escoger un PDK, nos había dejado huérfanos. Tras mucho tiempo esperándolo, y encontrándonos durante la tensa espera con deportivos tan atractivos como un Porsche 911 R con corazón de GT3 y cambio manual, que servirían principalmente para dar vida a la especulación, el Porsche 911 GT3 finalmente contará con un cambio manual de