Una tortura es lo que parece que estamos viviendo o viviremos en muy poco tiempo los que necesitamos de los coches para hacer nuestra vida cotidiana. Cierto es que la contaminación de las grandes ciudades es muy elevada y que los coches tienen mucho que ver, pero por favor, seamos serios y no juguemos con lo que lleva el pan a muchas familias en el mundo.
Al parecer, varios países del mundo se han interesado por empezar a cobrar a sus usuarios por el uso de las carreteras públicas. Si hacemos un poco de memoria en nuestro país también se barajaba esta posibilidad pero por ahora nuestros gobernantes aún no se atreven a sacarla de cajón sin miedo a perder varios cientos de miles de votos.
Sin embargo, ciertos países no tienen miedo a qué dirán sus votantes y Alemania está entre ellos. Al parecer, la Cámara Baja del Parlamento alemán habría aprobado la introducción de un “peaje” para los vehículos que circulan por las carreteras del país. Esta tasa por usar las vías públicas, que ya pagan gracias a sus elevados impuestos, estaría calculada en base a la potencia y emisiones de los vehículos.
Teniendo en cuenta estos datos, el peaje será pagado de forma anual y tendrá un coste promedio de unos 67 €uros. Sin embargo, a medida que el coche sea más contaminante podría incrementarse hasta un máximo de 130 €uros. Hasta aquí nos puede parecer normal, puesto que Alemania es soberana de hacer con sus carreteras y conciudadanos lo que le de la real gana.
El problema llega cuando este peaje será obligatorio para todas las personas, familias y conductores de Europa y el mundo que utilicen sus vías. Ahí es donde está la polémica, pues varios países vecinos se han quejado en el Parlamento Europeo por la vulneración de