El Grupo Volkswagen está a punto de vivir uno de los momentos más importantes de su historia. El Dieselgate que la ha metido en el lío que está intentando resolver en estos momentos parece que tendrá más consecuencias de las que inicialmente esperaban cuando estalló en sus manos. En este caso no sólo hablamos del tema pecuniario o de imagen para sus firmas, sino que podría ver cómo la propiedad de gran parte de sus acciones caen en manos de otras personas.
Gran parte de la historia reciente del conglomerado alemán ha estado bajo los designios de Ferdinand Piëch. El nieto del fundador de Porsche ha sido protagonista de los éxitos deportivos de la firma que fundó su abuelo en los años 60 y 70, comandó la reinvención de Audi como la firma premium y tecnológica que conocemos hoy día y ha forjado el crecimiento final del Grupo hasta lo que conocemos hoy día. Sin embargo, las guerras internas entre Piëch (familia Porsche-Piëch) y su primo Winterkorn (nieto de Ferdinand Porsche y miembro de la familia Wolfgang-Porsche) y el Dieselgate ha cambiado la historia del conglomerado para siempre.
Según ha destapado el semanario alemán Der Spiegel, Ferdinand Piëch habría decidido abandonar el Grupo Volkswagen y vender su paquete accionarial. Actualmente controla un 14,7 por ciento del capital total del conglomerado alemán y su valor de mercado podría estar rondando los mil millones de dólares. Evidentemente antes de que las acciones caigan en manos de inversores sin escrúpulos que pudieran cambiar el ritmo de su historia, hay otros actores principales interesados en hacerse con este paquete accionarial.
Como el Grupo Volkswagen (la parte mayoritaria del capital) está en manos de las dos familias herederas de la saga, Porsche-Piëch y Wolfgang-Porsche, hay partes que tienen derecho preferente sobre la adquisición del paquete accionarial de Piëch. Por