Como ya viene siendo tradición, no hay producto que se presente sin que muchos de nuestros lectores nos recuerden el parecido que este guarda con otro coche. El último en enfrentarse a las críticas de nuestros lectores ha sido el Volkswagen Arteon, por su parecido con el Renault Talismán. Y hemos de reconocer, para qué nos vamos a engañar, que no estamos ante un problema de nuestros lectores. En efecto, el parecido entre el Volkswagen Arteon y el Renault Talismán existe. ¿Pero qué fue primero, la gallina o el huevo? ¿Existen parecidos demasiado sospechosos como para ser casuales? ¿Quién llegó primero, el Volkswagen Arteon o el Renault Talismán?
Es cierto: muchos coches modernos se parecen demasiado entre sí, sobre todo por el hecho de que los fabricantes sigan las mismas directrices de diseño, para acogerse a una moda, o para cumplir con las expectativas de sus clientes
La razón por la cual los coches modernos se parecen, y mucho, entre sí, no es otra que las modas y tendencias de diseño que son comunes entre la mayoría de fabricantes. La gente compra vehículos con aspecto de todoterreno, SUV y crossover, todos ellos con una silueta muy parecida. Los diseñadores buscan conferir una estética atractiva a sus coches, en parte por esa obsesión de tener vehículos altos y de pose robusta, ampliando los pasos de rueda para acoger llantas a menudo excesivamente grandes. Las marcas buscan lanzar turismos con faros alargados y parrillas cada vez más grandes y recargadas, muy anchas, altas y con muchos detalles cromados. Hay coches en los que el parecido es menos casual, porque esencialmente son el mismo automóvil con el emblema de dos marcas diferentes. Pero ese no es el caso que nos ocupa.
A la hora de diseñar un sedán, los fabricantes también buscan atenuar la caída del