No es ninguna novedad decir que el centro de Madrid es un caos circulatorio, especialmente en determinados momentos del día, las llamadas “horas punta”. Los episodios de alta contaminación se deben frenar y es que, por mucho que no entendamos ni de química ni de nuestro aparato circulatorio, esa famosa “boina” de contaminación que cubre el cielo de la ciudad no puede ser nada buena para nuestros organismos.
En los últimos meses se están llevando a cabo diversas medidas para intentar reducir la contaminación en la zona centro de la capital española, unas medidas que, por cierto, no terminan de ser muy útiles. Parece que desde el Ayuntamiento de Madrid se han dado cuenta de ello, pero las soluciones que se adoptarán a corto y medio plazo igual no sientan del todo bien a quienes circulan o residen en la ciudad. La más importante es la eliminación total de los coches relativamente antiguos del centro, aunque hay muchas más.
Manuela Carmena (Alcaldesa de Madrid) ha presentado esta mañana las medidas que se llevarán a cabo en los próximos meses y años para reducir la contaminación ambiental. Las más polémicas son la reducción de la velocidad máxima en toda la M-30 y algunos accesos a la ciudad a 70 km/h en 2018, la prohibición de aparcar en la zona SER a los turismos de gasolina anteriores al año 2000 y diésel anteriores al 2006 en 2020 o la prohibición de circulación a los mismos a partir del año 2025 en el término municipal; es decir, a más del 20 % del parque automotriz.
Dice el Ayuntamiento de Madrid que también quiere “rediseñar” las vías principales de distribución del tráfico y de conexión del centro con la periferia de la ciudad, reduciendo el espacio dedicado al automóvil y potenciando infraestructuras para el transporte público; lo que