¿Tienes un billete de cinco euros? Si es así, puedes ser el propietario de todo un Lamborghini Huracán. Un superdeportivo real, no un modelo a escala ni un póster. Ahora bien, el Lamborghini Huracán en cuestión ha vivido días mejores, por así decirlo. Si aplicamos a este superdeportivo italiano términos de la cocina contemporánea, podríamos decir que se trata de una “reducción flambeada” de Lamborghini Huracán. Ahora ya en serio, lo que nos gustaría encontrar son motivos para llevarte a casa esta chatarra humeante que solía ser un delicioso coche de altas prestaciones.
EL Huracán es ahora un amasijo de metal quemado, cables calcinados y ceniza. Terrorífico.
El coche está ubicado en Baton Rouge, en Lousiana (EE.UU.). El kilometraje real del coche es desconocido, pero podemos certificar que se quemó a conciencia. Apenas quedan las llantas, parte del chasis y la estructura de los asientos como elementos reconocibles de lo que fue un orgulloso pura sangre italiano. La empresa que lo ha listado para subasta pública sí tiene sentido de humor: en la descripción explicitan que “el vehículo no arranca”. Desde luego, no dicen mentira alguna. Jamás volverá a andar por sus propios medios, y cualquier intento de reparación sería fútil.
Sólo se me ocurren dos situaciones en las que este coche – que tendrás que literalmente barrer del suelo – pueda tener algo de valor. Una de ellas es como instalación artística de algún tipo, una vez limpio, y quizá con un proceso de pintado o cromado. Puedes usar una de las llantas para colgar una manguera, por 5 dólares es una solución perfectamente plausible. Otra, más bien ilegal, implica el número de serie de su bastidor y otro Lamborghini, al que se quiere someter a un “cambio de identidad”. No estoy dando ideas, es simplemente una práctica más que extendida.