Las agujas de mi reloj señalan las 7 de la tarde. Es la hora exacta de la rueda de prensa de la presentación internacional del Ferrari GTC4Lusso T y me encantaría que estuvieras sentado aquí, a mi lado, para que vieras lo que se siente. ¿Te acuerdas de esa sensación cuando te habían chivado las preguntas de un examen y te sentías pletórico? Así me encuentro ahora, en uno de los cómodos sofás del hotel Borno San Luigi de Monteriggioni.
Una presentación de un nuevo Ferrari es un momento sumamente especial en el que un periodista del motor se siente un afortunado. Me encantaría que te hicieras una ligera idea de la cantidad de técnica, esfuerzo y trabajo que hay detrás de cada nuevo cavallino. Ni siquiera la alcaldesa del pueblo, que está aquí con nosotros, se ha querido perder la rueda de prensa. No son simplemente unos coches rojos con motores potentes para millonarios. Estamos ante auténticas obras de ingeniería, magníficos vehículos pasionales… el verdadero motivo por el que, cuando éramos niños, jugábamos con deportivos de juguete rojos y no con Toyota Prius híbridos.
La presentación con la que nos están obsequiando no deja lugar a dudas de la cantidad de ingeniería y marketing que hay tras un Ferrari. Entre las treinta y cuatro diapositivas hay algunas que resultan alucinantes: gráficas con picos de presión para cada scroll de turbina, dibujos 3D de los colectores de escape, del intercooler en forma de “i” o del sistema de escape totalmente rediseñado, espectros de sonido del escape con toda la gama de frecuencias que pueden ser percibidas por el oído humano, imágenes con cámara térmica de los pistones, benchmarking prestacional con otros modelos de la competencia, gráficas de la gestión de la combustión del motor y la presión de cada cilindro, infografías de