Se prevé que la llegada de la tecnología de realidad virtual cambie de manera fundamental durante las próximas décadas la manera en la que vivimos. Los cines ofrecerán experiencias inmersivas a los espectadores mediante películas de realidad virtual, los pacientes se someterán a tratamientos de realidad virtual y los consumidores entrarán en el mundo de los productos o servicios en los que están interesados, permitiendo una nueva dimensión a la idea de la prueba de producto. Lo mismo ocurrirá con los coches.
Ford está integrando más que nunca la realidad virtual en su proceso de diseño de vehículos. La compañía está comenzando a explorar cómo la tecnología podría cambiar la experiencia de compra.
El mayor desencadenante de ventas de vehículos, después de los factores relativos al precio de compra, es «puramente emocional» y la prueba de vehículo puede ser una «primera cita» crucial para el comprador y su posible próximo coche. Al permitir a los usuarios probar diferentes modelos en un lugar y momento que les venga bien -y durante todo el tiempo que quieran- la realidad virtual permitiría también que los usuarios tengan una idea mucho más clara del coche que quieren antes incluso de pisar un concesionario. Incluso podría permitir a los usuarios experimentar el olor a coche nuevo de su vehículo favorito.
La marca del óvalo está explorando actualmente el potencial de diversas tecnologías de realidad virtual y aumentada para desplegar hologramas digitales en entornos reales que podrían permitir a lo largo de la próxima década que la gente interactúe con todos los aspectos de un producto según sus necesidades.
Ford ya realiza un amplio uso de la realidad virtual en los procesos de diseño. Unas instalaciones de última generación dentro del estudio de diseño de la compañía en Colonia (Alemania) permiten a los diseñadores experimentar un vehículo de manera completa