Lo reconozco, soy fan del estudio de diseño de Peugeot. Llevo años cayendo rendido ante sus diseños, ante sus modelos conceptuales, ante sus bicicletas, ante sus ejercicios de diseño… y a como cada una de sus piezas, de sus estudios de materiales, deja una buena impronta en los coches de calle. Esas pinturas bicolor, esa disposición de tejidos en los interiores de los nuevos modelos de la marca, ese patinete con asistencia eléctrica disponible en el maletero del Peugeot 3008, del Peugeot 5008…
¿Sabías que Peugeot también tiene una tabla de surf?
Sí, sin duda el Peugeot Design Lab es capaz de emocionarme como me emociona Peugeot Sport y no, no estoy exagerando y creedme que tengo en muy muy buena estima a las últimas creaciones de la división deportiva de Peugeot, al Peugeot RCZ R, al Peugeot 208 GTI by Peugeot Sport, al Peugeot 308 GTI… todos ellos tienen una exquisita puesta a punto y están cargados de buenos detalles.
¿Por qué esa devoción al estudio de diseño de Peugeot?
Me conquistaron con el Peugeot Onyx en 2012, con sus formas, con su diseño, pero sobre todo con esa combinación de materiales, de fibra de carbono y cobre, con el fieltro recubriendo el habitáculo, los periódicos prensados sustituyendo a la madera…
Desde entonces he seguido cuidadosamente cada lanzamiento con el sello de este estudio de diseño, cada nuevo trabajo, cada proyecto… desde tablas de surf a un helicóptero creado de la mano de Airbus, pasando por joyas, lamparas, sofás tallados en piedra o incluso unos asientos para avión.
Cada uno de estos elementos, de estas creaciones, debidamente acompañados por una importante sucesión de nuevos concepts, como el Peugeot Exalt, como el Peugeot Fractal como el Peugeot Instinct… ha definido esas superficies sofisticadas que hoy articulan el diseño de los nuevos