Donald Trump ha llegado al sillón del Despacho Oval de la Casa Blanca y lo ha puesto todo patas arriba. El mercado del automóvil en Estados Unidos iba viento en popa a toda vela hasta diciembre del año pasado. Buena prueba de ello es que la venta de coches nuevos llevaba siete años seguidos experimentando crecimientos y en sólo 40 días que lleva este hombre en su silla ha experimentado la primera caída de ventas.
Si recordamos un poco los datos de matriculaciones, Estados Unidos cerró el año 2016 con unas ventas globales de 17,5 millones de unidades (entre turismos y todo terrenos). El mercado y los clientes (mayoritariamente los particulares) respondían de forma constante a las ofertas y esfuerzos de las marcas. Sin embargo, con la lucha que tiene Donald Trump con las firmas, enero de 2017 ha supuesto una caída que no sabemos a dónde nos pueda llevar.
El descenso que han sufrido las matriculaciones ha sido muy leve, apenas un escaso menos 1,9 por ciento, sin embargo puede ser el inicio de algo más importante. Como es lógico, los expertos han anunciado que 2017 debería ser un buen año y que las ventas de coches nuevos deberían mantenerse estables respecto a 2016. Sin embargo, si Donald Trump sigue adelante con sus políticas proteccionistas y en contra de los productos importados los clientes podrían cruzar sus brazos y frenar la compra de sus coches.
Los grupos automovilísticos que peor lo están pasando son Toyota Motors con una caída del 11,3 por ciento, seguida de Fiat Chrysler Automóbiles (FCA) con retroceso del 10,9 por ciento. En el caso de Ford Motor y General Motors (los otros dos gigantes norteamericanos) sus caídas han sido menores con un 3,8 y 0,7 por ciento en negativo. En el lado contrario tenemos a Nissan con un