El segmento de los SUV (en todos los tamaños posibles) al igual que ocurre con ciertos vídeos en internet, parece que se ha vuelto viral y sin cura. Todas las marcas lo saben y todas quieren explotar la gallina de los huevos de oro hasta que reviente. Algunas firmas han comprobado como sus ventas mundiales han mejorado ostensiblemente gracias a contar con buenos SUV dentro de su catálogo y por tanto están potenciando las ventas de estos productos.
Mazda Motors es una de las marcas que sustenta sus ventas a lo largo del globo en los SUV que tiene en su portfolio. Como prueba de ello tenemos que de los 1.65 millones de coches que logró vender el pasado año, casi la mitad estaba representada por los (CX-3, CX-5 y CX-9). El modelo que mejores ventas tiene es el CX-5 y por ello su relevo generacional ha mantenido intactos los mejores puntos de la generación anterior y ha potenciado los aspectos en los que flojeaba.
Fruto de haber hecho bien su trabajo, la demanda de este modelo se ha visto disparada y para poder satisfacerla han tenido que duplicar la línea productiva en una segunda fábrica. Inicialmente el CX-5 se fabricaba en la planta que tiene la compañía japonesa en Hiroshima, pero han tenido que incrementar la capacidad productiva de la que tienen en Hofu para acortar los plazos de fabricación.
En Hofu se fabrican el compacto 3 en sus dos versiones de carrocería y el sedán 6. Como su ritmo de ventas es menor por la fiebre SUV, en Mazda han decidido llevar allí parte de la producción del CX-5. De esta manera cubren la capacidad productiva de la fábrica con más carga de trabajo y no tienen a obreros ociosos. Sin embargo, el traspaso de la producción del SUV mediano de