A estas alturas ya no debería sorprendernos demasiado. Pero sigue resultándonos curioso que la estética, a menudo, intente emular elementos técnicos que deberían ser funcionales, y en la práctica no lo son, para mejorar el diseño de un coche. Y es que, a fin de cuentas, compramos con los ojos. El diseño de un automóvil es una de los aspectos más importantes a la hora de decantar la decisión de compra de un cliente hacia un producto u otro. Pero no por ello vamos a dejar de lamentarnos porque la imagen de una salida de escape falsa siga extendiéndose por cada vez más productos. Aunque ello no impida que – tal y como os contamos en nuestra prueba del Mercedes Clase E Coupé – siga pareciéndonos uno de los coupés más bonitos del mercado – a mí me parece el que más – y ofrezca confort y tecnología dignos de un gran turismo incluso más caro. Pero veamos cómo y por qué se han integrado así los escapes del Mercedes Clase E Coupé en diferentes motorizaciones.
Mercedes-Benz buscaba ofrecer una estética homogénea y deportiva en toda la gama,
independientemente del acabado o el motor escogidos
Decíamos que generalmente la razón más determinante a la hora de instalar salidas de escape falsas en un coche es la búsqueda de una estética determinada. El proceso de desarrollo de un automóvil no es nada sencillo y a menudo plantea numerosos dilemas a diseñadores e ingenieros, que no siempre se resuelven con una solución que satisfaga a ambos. Y casos como este suceden en las mejores familias, incluidas las versiones más deportivas de Audi, sus RS, hasta ilustres superdeportivos italianos.
Mercedes-Benz nos insistía en que buscaban una imagen muy deportiva para el Mercedes Clase E Coupé, y ya no solo en las versiones más equipadas o dotadas