El Maserati Levante provocó en su día, seguramente, que los más puristas de Maserati se echasen las manos a la cabeza. Igual que Porsche hizo hace ya unos cuantos años con el Cayenne, Alfa Romeo ha hecho ahora con el Stelvio y Lamborghini está a punto de hacer con el Urus. Con el Levante, la marca italiana lanzaba por primera vez un todocamino, formato tan de moda últimamente y tan necesario para el negocio de las marcas. Un modelo que está llamado a prolongar -e incrementar- los años de éxito que está viviendo Maserati con los Ghibli y Quattroporte. Sin embargo, el SUV del tridente está causando más problemas de los que a Maserati le gustaría.
Cuatro llamadas a revisión en cuatro meses: ¿qué le ocurre al Maserati Levante?
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Maserati hará frente a una llamada a revisión del Levante. Hasta aquí nada fuera de lo que es relativamente habitual, si no fuese porque es ya la cuarta llamada a revisión en cuatro meses de este modelo. Esta vez ha tenido que ser la NHTSA quien ha dado la voz de alarma sobre un problema que ya se dio en diciembre del año pasado.
Al parecer, el problema que afecta a 3.299 unidades del Levante en Estados Unidos es el riesgo de que el motor se pare por completo en tráfico lento con paradas y arranques continuas a una velocidad entre 3 y 4 km/h. No sólo eso sino que, además, existe también la posibilidad de que la caja de cambios engrane punto muerto sin previo aviso. Ambas situaciones constituyen un riesgo para la seguridad, que podría acabar en una colisión incluso circulando a baja velocidad.
Este defecto de software ya ha sido identificado y desde la marca se han puesto a trabajar para solucionarlo. Desde