El empleo de motores con una cilindrada uniforme a lo largo de sus cilindros o, en otras palabras, capaces de desplazar el mismo volumen, es uno de los dogmas del motor de combustión interna que difícilmente podría ser remplazada. La homogeneidad del desplazamiento a lo largo de los cilindros facilita mucho el trabajo del motor a la hora de controlar la mezcla de aire y combustible, los gases de escape y, por supuesto, conseguir un equilibrio que se traduzca en las menores vibraciones posibles, y la ausencia de ruidos desagradables. Dicho lo cual, ¿por qué querría Hyundai que en un mismo motor existan cilindros con al menos dos desplazamientos diferentes?
La industria del automóvil aspira a lanzar mecánicas en los que la centralita gane control sobre el movimiento de cada cilindro, o incluso su desplazamiento, rompiendo incluso algunos dogmas del motor de combustión interna
La tecnología moderna está consiguiendo que soluciones que en el pasado eran difícilmente aplicables tengan su sitio, y su relevancia, en la industria del automóvil. Hablamos de soluciones muy comunes hoy en día, como la desconexión automática de cilindros. Y soluciones que pronto veremos en la calle, como los motores de relación de compresión variable.
La lucha de Hyundai pasa por aprovechar su tecnología para crear motores en los que, más allá de trabajar simultáneamente cilindros con diferentes desplazamientos, se busque la mayor eficiencia haciendo que el equilibrio al ralentí no dependa del movimiento alterno de los cilindros, por ejemplo en un bloque clásico de cuatro cilindros en línea, sino de un motor eléctrico de equilibrado que se encargue precisamente de ello. A priori puede parecer un contrasentido, pero a juzgar por la patente registrada por Hyundai, aumentar la complejidad del motor, y el consumo energético del motor eléctrico, compensaría si se elimina el consumo energético mecánico de los